¿Por qué existe esa cosa llamada «bricolaje»?
Puede entenderse el que nuestros ancestros, espoleados por la necesidad, se entretuvieran afilando un pedrusco de sílex hasta hacerse un hacha para cortar árboles… o que un cubano actual que vive en un entorno forzado por el bloqueo y carente de repuestos, mezcle piezas de un Chevrolet y un Studebaker para conseguir que un viejo artefacto siga rodando. Vale; todo eso es bricolaje forzado por las circunstancias. Pero ¿por qué un ciudadano de posición económica desahogada que dispone, cerca de su casa, de suficientes tiendas que le suministran todo los productos que desee, sigue empeñándose en construir por sí mismo una estantería para sus libros o un columpio para su nene?
Algunos individuos parecen experimentar cierta necesidad de manipular los materiales, de encontrar placer con el tacto de la madera o de aspirar el aroma de los barnices. Conozco a más de un fulano con esta necesidad pero poco dotados de habilidad manual y que causan el terror de sus esposas que les terminan escondiendo las herramientas para proteger al ordenado hogar de desastres imprevisibles.
Yo mismo, al construir algo, he notado que he disfrutado más con el proceso previo, al notar cómo la broca perfora el hierro, la lima rebaja el aluminio o la lija araña la madera. Y he llegado a pensar, a veces, si ese sospechoso placer tiene algo que ver con Thánatos y la destrucción.
Posiblemente la Selección Natural dotó a algunos individuos de ciertas tendencias y habilidades de las que se aprovechaba el resto de la comunidad para producir mejores lanzas para defenderse, cacerolas para cocinar o chozas que no se deshicieran con la primera lluvia. Y créanme; es que la tecnología, aunque distante de la poesía, de la filosofía o de la música, también ayuda a vivir mejor.
Felicidades por el post! 😉
Todo tiene que ver con el inicio del post…lo ancestral…hay algo anclado en nuestros atrofiados cerebros, algo primario y primate que nos obliga a volver al inicio…paradoja pura….
También lo veo como el uso de las manos..si te paras a pensar las usamos pocos, nos cuelgan de los brazos y la actual funcionalidad tiene que ver con presionar botoncitos, osea, que no son manos si no dedos…
Y si, realmente no importa el resultado si el procedimiento…hay algo más bonito que clavarse una astilla de madera o recibir un martillazo??…no…..nada comparable.
La verdad es que nunca me lo había planteado. Yo soy del tipo de bricolajero que intenta reparar las cosas, como de pequeño hacía con los juguetes, aunque la verdad es que cada vez siento menos placer al hacerlo y prefiero recurrir a profesionales.
Y hablando de bricolajeros, yo distinguiría a los «manitas» que con cualquier cosa apañan un artefacto que causa admiración, los «culos inquietos» que no están tranquilos si no hacen nada, y los «voluntariosos» que ponen todo su empeño pero no acaban las cosas o no funcionan como era de esperar.
Todo un mundo esto del bricolaje.