La #conducción autónoma es el tema más mencionado y mediático de los últimos meses. Ya estamos viendo vídeos de muchos vehículos capaces de circular por sí solos por las carreteras, e incluso en California, hay tramos habilitados y legalizados para que camiones puedan circular de de este modo.
Unas semanas atrás escribí un artículo, por supuesto de opinión, pero también muy pasional y poco racional, ahora prefiero describir que es todo esto de modo más neuronal y a dónde nos lleva.
A nadie se le escapa, que los avances técnicos permitirán que un coche ruede sólo, sin intervención humana. Ahora mismo, con la tecnología actual, existe un modelo, el Tesla S, que es capaz de circular por su cuenta leyendo las líneas de las carreteras en su función Autopilot, aunque es un modo semiautónomo, en fase Beta, y que ya el fabricante Tesla se encarga de advertir que el conductor debe estar con las manos preparadas. Audi también ha desarrollado un modelo prototipo, el RS7 #AudiPilotedDriving , que es capaz de rodar sólo en un circuito de carreras. No es muy asombroso, ya que un circuito tiene definido perfectamente trazado, líneas, libertad de obstáculos, etc. Pero sí es de destacar que Audi se ha marcado como objetivo que el coche autopilotado sea capaz de ganar al tiempo que haría un piloto humano profesional.
Que nadie lo dude, la técnica ganará al humano. Ferrari tiene una máxima condicionante en sus diseños. Nunca equipa un sistema en sus vehículos, si dicho sistema ofrece menos prestaciones que las de un piloto humano. Fue de los últimos fabricantes en incorporar ABS, control de tracción y control de estabilidad. ¿Por qué? Hasta que no se incluyeron sistemas que frenaban mejor que un piloto, controlaba los arranques y derrapes mejor que un piloto, no los ofreció en su equipamiento.
¿Cuál es el objetivo de la #conducción autónoma? ¿Echarnos una siesta en los viajes? No. Seguridad activa. El objetivo es vigilar de modo constante la conducción humana, y si en algún momento, el conductor realiza maniobras contradictorias o precedentes de un accidente o choque, el coche tomará los mandos, y tratará de evitar o disminuir los efectos del accidente.
El ejemplo de hacia dónde va este avance, podemos verlo anticipado en la #aviación civil. Un avión comercial, sin exagerar, podría volar sólo. ¿Para qué está el piloto? Para tomar decisiones, para salvar situaciones de peligro, para suplir con la habilidad y la #experiencia el posible riesgo. Un avión puede mantener rumbo, velocidad y altura de forma automática, e incluso aterrizar con visibilidad nula. Pero estos sistemas tienen por objetivo incrementar al máximo la seguridad de la navegación aérea, nunca sustituir a un piloto.
La conducción autónoma tendrá el mismo destino, los sistemas automáticos servirán para incrementar la seguridad de la conducción, nunca sustituir al #conductor.
Además se plantean otras dificultades, realmente más insalvables que los retos técnicos, los legales. En caso de accidente, ¿quien es el responsable legal? ¿Qué aseguradora querrá dar una póliza a un vehículo sin conductor?.
Lo cierto es, que cuando llegue el momento, en el que la conducción autónoma disminuya el riesgo frente al ser humano, se decidirá que dejemos de poner las manos en el volante. Ya existen metros y trenes sin maquinista, y hasta la fecha no han tenido accidentes.
Todo sea por la supervivencia.
Me iría de coña!!! Odio conducir, lo hago por necesidad!
El coche fantástico cada día está más cerca!!!
Kit, llévame a la playa!!
😉
Todo lo que sea ganar seguridad es bienvenido, sobre todo porque no todos los conductores tienen la misma habilidad para controlar en situaciones apuradas.
Justo hoy he leído que los rusos tenían muy avanzada la fase de pruebas de un camión autónomo, y me he alarmado. ¡Los rusos! Youtube está repleto de vídeos de accidentes rusos, y allí llevar una cámara grabando en el coche o en el camión es lo más normal del mundo.
Hace unos años (bastantes) asistí a unas conferencias auspiciadas por la UE en que Mercedes hablaba ya de los camiones semiautónomos, que no eran más que una fila de camiones que ellos solos seguían a uno conducido por un humano como si fuera un tren, pero sin estar unidos, minimizando el espacio entre camiones, lo que hacía que más mercancías ocuparan menos espacio en la carretera. Estaban a punto de empezar los tests en carretera, pero se topaban con la dificultad de establecer la responsabilidad cuando uno de los camiones del convoy se viera implicado en un accidente.
De nuevo, interesante artículo en el Blog.
Uno de los aspectos más polémicos de la conducción automatizada es el de la evaluación de riesgos y las responsabilidades que eso conlleva.
No hace mucho la prensa mundial se hacía eco de una noticia muy curiosa, uno de los prototipos de vehículo sin conductor de Google había sido multado en California por ir DEMASIADO DESPACIO!!!, al margen de la anécdota, Google siempre ha defendido que en todos los incidentes/accidentes en que se han visto involucrados sus vehículos, la culpa siempre ha sido de terceros, pero eso nos lleva al auténtico meollo del tema…
Según nuestra legislación, el responsable último en un accidente es el conductor (luego se podrán argumentar diversos eximentes, pero sigue siendo la persona física que conduce un vehículo quien es responsable jurídico de su uso). Así pues, que pasaría en caso de accidente entre vehículos sin piloto humano? Quien sería el responsable; El propietario del vehículo, El Fabricante, el diseñador, El Estado…?
Actualmente estos vehículos van dotados con un software de evaluación de riesgos que permite al vehículo “decidir” que hacer en caso de conflicto, pero si llevamos las hipótesis a sus últimos extremos, somos capaces de imaginar quien decide si dar un “volantazo” para evitar atropellar un niño aunque eso suponga el riesgo de atropellar a dos ancianos? Quien asumiría esa responsabilidad hasta ahora en manos de cada uno de nosotros cuando nos ponemos al volante?
Cuando a mediados del siglo pasado Asimov recogió una premisa parecida en alguno de sus relatos de “I Robot”, este planteamiento parecía ciencia Ficción (de hecho ese es el trauma que condiciona la conducta del protagonista en la versión cinematográfica de la novela) pero hoy en día cuando la ficción ya ha sido superada por la ciencia, parece que el debate ético es obligado.
Todo avanze que mejore la seguridad de la humanidad es bien recibida. A este paso, en un futuro no demasiado lejano, viviremos en un planeta donde estaremos a merced de los robots o de las máquinas (volviéndonos dependientes a la tecnología).
Los robots serán los que realmente tomarán las riendas en varios aspectos de nuestra vida. Dentro de unos años nos preguntaremos: cómo fue posible que viviésemos sin un robot. Ni tan siquiera entraremos en reflexión de cómo estamos viviendo. A caso alguno de nosotros se pregunta: cómo podían vivir sin agua caliente, sin electricidad, sin calefacción o sin aire acondicionado? Llegados a este punto, desearemos ir atrás? No, por supuesto, porqué el hombre siempre quiere más y vivir lo mejor posible dentro de sus opciones. Pocas personas desearían volver a vivir en las cuevas al estilo primitivo puro y duro.
Volviendo al tema de las máquinas, dentro de unos años me imagino un eslogan tipo:
«Pon un MÁQUINA en tu vida y dedícate a vivir, a ser feliz»
En fin, todo se verá a su debido momento.
Es impresionante el tema de Tesla, ya que han pasado los años el mundo sigue avanzando en su favor. Lo único malo es que tenemos que ir adaptando nuestra cultura a estos coches, ya que no puedes cargarlos en cualquier sitio y fuera de las grandes ciudades no tienes soporte técnico.