Hace menos de un mes corría por las redes la famosa fecha futurista de la película Regreso al futuro, ese 21/10/15 tan famoso y tan cargado de proyectos tecnológicos donde hace 26 años los guionistas presentaban reactores nucleares de bolsillo o coches voladores…
Películas de viajes en el tiempo hay cientos, la saga Regreso al Futuro, Terminator, 12 monos, X Men… pero hay una de la quiero hablaros, quizás no tan conocida, que aborda un tema #bélico/ciencia ficción, de la cual haré una lectura desde el sentido moral y de conciencias.
«El final de la cuenta atrás»… La película en si está fácilmente estructurada, corre el año 1980, el portaaviones Nimitz capitaneado por Mathew Yelland (Kirk Douglas) parte de la Base Naval de Pearl Harbor para realizar una serie de maniobras, una tormenta electromagnética aparece de la nada y tal cual viene desaparece, a consecuencia de ello las comunicaciones se han visto interrumpidas y solo reciben emisiones de radio antiguas y transmisiones militares con codificaciones obsoletas, deciden hacer vuelos de reconocimientos para entender lo que está pasando al divisar una serie de barcos destruidos, y al final confirman algo que se les escapaba al entendimiento por ser totalmente increíble, se encuentran en año 1941, concretamente el día 5 de diciembre, la víspera del ataque a Pearl Harbor por parte de la flota japonesa…
Y a partir de aquí comienza la verdadera esencia de la película… ¿Deben intervenir aprovechando las nuevas tecnologías y armamento novedoso para destruir a la flota nipona, cumpliendo con su deber de militares? O…¿mantenerse al margen y dejar que la historia siga su curso real?…
Estamos de acuerdo que hablamos de ciencia ficción, de una irrealidad, pero quien no se ha preguntado alguna vez si nos encontráramos en situaciones similares, el que hacer… digamos por ejemplo… de encontrarnos con Hitler ( o cualquier otro genocida ) antes de que llevaran a cabo sus atrocidades…sabiéndolo y pudiendo parar esa proyección ¿Qué harías? ¿Lo quitarías de en medio? ¿Alterarías el curso de la historia?… ¿Asumirías la responsabilidad moral de evitar ese atroz capítulo?…
Todo resulta paradójico en la película si tenemos en cuenta que infringe el sentido común, pero el director, Don Taylor, intenta llevarnos a ese punto de conciencia, de toma de decisiones, de responsabilidad suprema hacia algo de un peso tan cargado… para ello se rodea de un buen equipo de actores de la talla de Kirk Douglas, Martin Sheen, James Farentino… y como anecdotario el portaaviones existía realmente, el USS Nimitz (CVN – 68), lleva su nombre en honor al Almirante Chester Nimitz, responsable del Comando del Pacífico de Estados Unidos.
Muchos dirán que la película es una propaganda descarada del militarismo americano y no les faltará razón, ya sabemos lo patriotas que son y lo mucho que se valoran… pero no entraré en esas cuestiones, me parece una cinta que aborda el tema de las hipotéticas decisiones, que como comento, en algún momento nos ha pasado por la mente, y que si dispusiéramos de la maravillosa máquina de Doc ,el DeLorean, no creo que dudáramos demasiado en accionar botones y ajustar fechas… o si?
Foto: http://interdefensa.argentinaforo.net/
Una auténtica película de culto, que para los tiempos en que se hizo el nivel de los efectos especiales era más que aceptable y la historia aún tiene gancho hoy en día, y te deja muchas dudas existenciales en la cabeza. Tiene una base similar a una película de John Carpenter, «El experimento Filadelfia».
Lo malo, y no es culpa de la película, es que cada vez que veo el título me viene a la cabeza el horrible anuncio de Bucker que destroza el temazo de Europe «The final countdown». No lo puedo evitar.
ajajjja…si..es una asociación de ideas..por que la canción creo que nada tiene que ver con la película.
No, sólo el título, pero ¿ves? Justo ahora que lo vuelvo a leer se me manifiesta el «ninonino».
Me quedo con Regreso al futuro! ¿A quien no le gusta? De esas películas que no te cansas de ver.
Si Ester, pequeños clásicos que nos hace mirar a atrás, cuando mascábamos chicle en coletas..jajaj
Me encanta,me encanta,me encantaaaaaaaaaaa !!!!!
Se puede decir q es una de mis 5 pelis preferidas.
El argumento me fascinó desde el día en q la vi. (En el centro católico de Sants)
Que qué haría yo?? Atacar a la flota nipona sin duda alguna!!
Jajajajajajaja.
Es una peli súper bien estructurada,con datos fieles d la época y de las q te hace pensar después de verla.
A modo anecdótico tengo q decir que esta fue la primera película q me bajé de internet !!!
Atacar a la flota nipona…ajajajja…y dejarlos ojipláticos con el arsenal ultima generación …vamos, romper el ritmo de la historia..difícil elección si lo piensas bien..ahí reside la gracia.
El acercamiento literario y cinematográfico a los viajes en el tiempo siempre ha sido una debilidad personal por eso me ha llamado la atención tu (como es habitual) excelente post de hoy. Es curioso como esta temática ha acabado por convertirse en un subgénero del fantástico que ha ido más allá de la Ciencia Ficción coqueteando con el thriller, el terror, o la comedia romántica, pero paradójicamente el tratamiento cinematográfico de estas historias casi siempre se ha enfocado desde un punto de vista bidireccional y muy, muy excepcionalmente, de forma unidireccional que, hoy por hoy, parecería el más viable desde la óptica del rigor científico (aunque como honrosísima excepción cabe destacar la magnífica primera versión del “Planeta de los Simios” de 1968).
Pero volviendo al post, curiosamente “El final de la cuenta atrás” (y seguro que al leer esto alguno se tirará de los pelos ahora que casi se ha convertido en film de culto) no está entre mis preferidas sobre la temática de los viajes en el tiempo. Debo reconocer que el film tenía algunos aciertos y no es en absoluto una mala película. Al contrario, está bastante por encima de la media, pero a mí personalmente me dejó un sabor agridulce. Quizás de haberla visto con menores expectativas me hubiera gustado más, pero tras su estreno me dejó con la sensación de esperar algo más (percepción que no ha variado mucho en algún visionado posterior).
Me explicaré: Como bien comentas el dilema ético que planteaba, a priori, dotaba la película de suficiente interés, además de otros puntos fuertes como su magnífica banda sonora, o un elenco actoral potente que construye con gran solvencia interpretativa los personajes principales del film (aunque en esto tuvo mucho que ver que el productor fuera Peter Douglas que no sólo le adjudicó el protagonista a su padre, sino que también pensó en su hermano Michael para el papel que al final, por problemas de agenda, acabaría interpretando Michael Sheen) pero no nos encontramos ante un simpático film de Serie “B” sino ante una película de cierta entidad (12 millones de dólares de la época de presupuesto) a la que se le podía exigir bastante más des del punto de vista del tratamiento visual del film, que me pareció más bien “flojito”. Y este es a mi entender uno de sus puntos débiles.
Recordemos que se trata de una película de 1980 y que desde Star Wars (3 años antes) o Superman (1978) los efectos visuales habían dado un salto cualitativo importante (por no mencionar films como 2001 rodada en 1968 o Silent Running en 1972) y se estaban convirtiendo en uno de los grandes reclamos del cine (sólo cuatro años después un tal James Cameron rodaría con un tercio de esa suma su primer Terminator impactando tanto con la historia como con sus efectos). Quizás en otras circunstancias eso no tendría mucha trascendencia, de hecho la historia del cine está salpicada de buenos films de viajes temporales rodados sin la necesidad de grandes excesos visuales (desde Primer hasta Looper pasando por los Cronocrimenes, o Coherence por citar algunos más o menos recientes) pero es que en esta película una buena parte del metraje se centra en el viaje del portaaviones y su día a día en estado de alerta prebélica y Don Taylor (director que curiosamente después apenas rodaría más que telefilmes) no sólo no renuncia a mostrárnoslo , sino que se explaya en ello pero el resultado final es un conjunto de secuencias rutinarias navales y aéreas de perfil bajo (me recordaban a menudo un documental) que transmiten la sensación de oportunidad desaprovechada (nada que ver con las escenas de los Cazas en Top Gun rodada sólo 6 años después).
Ésto (como antes avanzaba) podría haberse compensado apoyándose en una buen desarrollo del guion, pero ahí está a mi entender el gran talón de Aquiles del film puesto que si el planteamiento del director hubiese sido el de primar la historia por encima de su factura visual, después de una excelente introducción de la trama lo tenía relativamente fácil, pero a la hora de desarrollar ese dilema ético tan prometedor, lamentablemente (y en eso si se parece a Top Gun) se abandona en exceso a una apología de los valores militares en un show filocastrense que acaba por impregnar toda la película (la antítesis del personaje que el propio Douglas interpretó para Kubrick en la excelente Paths of Glory) lastrando las expectativas creadas en el planteamiento inicial y malogrando en parte un film que podía haber sido redondo. Si bien es cierto que en el último tramo recupera el pulso y nos brinda una magnífica paradoja temporal para cerrar el film, lo que (al menos en mi caso) acentúa esa sensación agridulce del visionado.
Finalmente señalar que probablemente una de los mayores logros no reconocidos del film fue, sin proponérselo, posibilitar mediante su éxito que pocos años después se rodara otro film icónico sobre viajes en el tiempo con buques de la Armada americana en la Segunda Guerra mundial, El experimento de Filadelfia, pero eso ya es otra historia…